El niño que domó el viento (película, 2019)

​"El niño que domó el viento" cuenta la inspiradora historia real de William Kamkwamba, un joven chico malauí que vive en una aldea rural. A pesar de enfrentar numerosos obstáculos, como la pobreza y el acceso limitado a la educación, William demuestra una notable ingeniosidad y determinación.

El viaje de William comienza con su pasión por arreglar radios y buscar piezas electrónicas en un vertedero local. Al serle negada la oportunidad de asistir a la escuela debido a las dificultades financieras de su familia, William llega a un acuerdo con su profesor de ciencias, quien le permite seguir utilizando la biblioteca escolar a cambio de reparar sus dispositivos electrónicos personales.

Mientras la aldea sufre de sequía y hambruna, la familia de William enfrenta la amenaza de la inanición. La gente comienza a huir de la aldea, incluida la hermana de William, quien se fuga con su profesor. Determinado a salvar a su comunidad, William concibe un plan para construir una bomba de agua impulsada por un molino de viento utilizando materiales recuperados del vertedero.

Inicialmente recibida con escepticismo, la propuesta de William de desmantelar la única bicicleta de la familia para construir el molino de viento es rechazada por su padre. Sin embargo, William persevera, ganando finalmente el apoyo de su padre para construir el molino. Juntos, aprovechan el poder del viento para regar sus cultivos, brindando esperanza para un futuro mejor.

"El niño que domó el viento" ofrece más que una historia de heroísmo de un niño; es una profunda reflexión sobre la resistencia del espíritu humano ante la adversidad. A través de la historia de William, la película explora temas de familia, comunidad y el poder de la innovación para superar desafíos aparentemente insuperables.

Visualmente impresionante y emocionalmente resonante, la película captura la esencia del viaje de William con autenticidad y profundidad. El actor Maxwell Simba ofrece una actuación convincente como William, retratando la determinación y pasión del joven inventor con convicción. Chiwetel Ejiofor, quien también dirigió la película, brinda una actuación poderosa como el padre de William, resaltando las complejidades del amor y sacrificio parental.

Aunque "El niño que domó el viento" enfrenta realidades difíciles como la pobreza y el hambre, transmite en última instancia un mensaje de esperanza y resistencia. La creencia inquebrantable de William en sus habilidades y su determinación para marcar la diferencia sirven como un poderoso recordatorio del potencial para un cambio positivo, incluso en las circunstancias más desafiantes.

En general, "El niño que domó el viento" es una película cautivadora y alentadora que celebra el triunfo del espíritu humano e inspira a los espectadores a creer en el poder de la innovación y la perseverancia.